El comic no es redondo: el final es decepcionante y la historia te deja con el mal sabor de que se trata de una idea maravillosa y original pero que podría haber sido explotada mejor. En cualquier caso, de lo mejorcito (para mi gusto) que se ha publicado en nuestro país este año sobre el heroe de Kripton.
Para quien quiera una segunda opinión, aquí teneis la de Antonio Santos, mucho más crítica (y documentada) que la mía.
Dos por el precio de uno: la identificación que hace Santos entre Superman y Jesucristo al principio de su artículo también es impagable…