He de decir, antes de entrar en otras valoraciones, que yo estoy del lado de menéame. Simplemente por filosofía: es un proyecto de software libre (con todo lo que eso significa) con más de 100 clones repartidos por todo el mundo. Eso le da, para mi, un peso específico por encima de cualquier otro sucedaneo. Por otro lado menéame tiene una comunidad detrás que trabaja de forma conjunta y cooperativamente en mejorarlo y expandir sus funciones mientras que fresqui es un proyecto más personal y cerrado y, ahora lo sabemos, con intereses menos altruistas. Hay que comer y tampoco tengo nada que opinar sobre eso pero filosóficamente me encuentro más cercano a la postura de menéame.
La chispa parecía haber saltado a raíz del anuncio de que una empresa española (al parecer Información Interactiva) había hecho una importante inversión en fresqui. Dinero por medio… malo. Sobre todo si contamos con que el único valor de una herramienta como fresqui es el parque de usarios de que disponga… Pero no. Al margen de esto parece que por detrás de la historia existe una oscura trama que para si la quisiera un capítulo de Falcon Crest. Agarraos que ahora es cuando vienen las curvas… 😉
Un comentario en menéame desvela que Javier Pérez, quien en los últimos meses ha sido uno de los que ha calentado la rencilla entre ambos productos entrando incluso en el terreno personal con una biografía de Ricardo Galli que, si estuviese mejor escrita, sería digna del mismísimo Borjamari (por cierto, Borja, en este asunto tienes carnaza para una historia muy, muy suculenta ¿a qué esperas?) trabajaba para Información Interactiva (la empresa inversora), colaboraba en el desarrollo de fresqui y había sido despedido muy recientemente por diferencias personales con Alex DC, el padre de fresqui… calentito ¿verdad? Pues leeros el comentario porque aparte se dicen muchas otras cosas de las, digamos, técnicas poco ortodoxas que, supuestamente, se han estado usando desde uno de los lados de la contienda…
Estas acusaciones, de ser ciertas, cambian bastante el panorama de la ‘rencilla’. Por un lado enturbian la noticia de esa supuesta inversión que sería algo amañado para darle un empujoncito mediático a lo que era ya el proyecto más o menos encubierto de una empresa. Por otro lado convierte lo que antes era, como digo, una simple disputa en competencia desleal e interesada por una de las partes. Todo muy, muy feo.
Lógicamente nada de esto está confirmado a ciencia cierta. Javier Pérez confirma en su blog que, efectivamente, trabajó en fresqui pero nada más. A mi, personalmente (y creo que a todos), me aclararía mucho que Javier confirmara o desmintiera lo que se ha dicho de él y de sus actividades en fesqui (aunque como exempleado despechado no se si podríamos darle crédito a pies juntillas… aun así pienso que merece la pena que lo intente). Pero lo que si son pruebas evidentes si son ciertas (y no tengo ningún motivo para pensar que no es así) son las que Ricardo aporta tras estudiar los logs de menéame y a raiz del comentario citado anteriormente. Alex responde a las acusaciones débilmente y con evasivas y la cosa se calienta en los comentarios de sendas noticias enviadas a fresqui (la segunda, la primera fue censurada y borrada e incluso esta segunda estuvo ‘bloqueada’ durante varias horas parra que no subiera a portada) y a menéame. Continuará…
Y, mientras tanto, para los que quieran seguir el asunto hay otra opinión en Mangas Verdes y un breve comentario en el resumen semanal de Tecnorantes.
ACTUALIZACI?N: Hay una segunda nota de Alex DC que viene a decir que el culpable de todo es Javier Pérez y que él no sabÃa nada de nada de lo que estaba haciendo este hombre. No me lo creo. ¿Porqué se iba a tomar de forma tan personal un proyecto en el que sólo era un asalariado? ¡Javier!¡Queremos tú versión!
ACTUALIZACIÃ?N (y II): Borjamari no se decide (por el momento) pero Flamenco Valley si ð
ACTUALIZACI�N (y III): Por fin. La esperada versión de Javier Pérez en los comentarios después de que (siempre según el mismo) le haya sido censurada en el blog de fresqui.