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Pedro J., un buitre en peligro de extinción (o así lo espero)

Reconozco que la claridad con la que Rodriguez Ibarra expresa lo que piensa me ha llevado alguna vez a plantearme «de que va» este señor. En otras, como esta, agradezco profundamente que alguien exprese con palabras y en un medio público algo que estaba deseando oir: Pedro J. Ramírez debe de tirar de la manta o dimitir pero no puede continuar con esta carroñera campaña de conspiraciones infundadas para vender su panfleto. Si tiene pruebas de la implicación del PSOE en la trama del 11-M debe de presentarlas en los juzgados pertinentes, pero basta ya de hacer de invitado del Salsa Rosa amenazando con unas pruebas que nunca presenta.

1. ??Si esa implicación de la que hace doctrina el director de «El Mundo» fuera cierta, el PSOE debería disolverse y desaparecer para siempre, algunos de sus dirigentes procesados rápidamente y Rafael Vera y Alfredo Pérez Rubalcaba deberían entrar en prisión con la condena máxima posible. De igual forma, debería iniciarse un proceso de depuración de los Servicios de Información y Seguridad del Estado, según las acusaciones de que son objeto por el señor Ramírez, en función de su papel en el atentado del 11-M.

2. â??Si esa teoría repugnante fuera falsa y en el juicio oral no se demostrara absolutamente nada de la canallada que se quiere hacer recaer sobre algunos miembros de mi partido, y concretamente sobre los dos citados, el director del «El Mundo» no podría seguir ejerciendo la dirección de un periódico y menos ejerciendo la profesión de periodista. No es periodista ni puede serlo quien elabora teorías temerarias sin pruebas ni fundamento, con el único objetivo de hacer daño a un partido en el que militamos miles de ciudadanos decentes, honrados y democráticos que no podemos seguir soportando en silencio las graves acusaciones que el señor Ramírez lanza contra el PSOE.

3. â??Si lo que escribió el domingo pasado el señor Ramírez fuera cierto, que no puede serlo, y no se utilizara únicamente como arma arrojadiza sobre Vera y Rubalcaba, y, por elevación, sobre todos los militantes socialistas, el señor Ramírez tendría la obligación de poner todos los datos de que dispusiera en manos del juzgado de la Audiencia Nacional o de la Fiscalía para que la justicia actuara. Si no lo hace es porque el señor Ramírez no tiene la intención de aclarar los hechos, porque es mentira lo que pregona y porque su intención es convertir la mentira en verdad como lo ha pretendido, en otras ocasiones, sin que nadie haya tenido el coraje de terminar con los perjuicios que semejante tipo de persona está provocando a la democracia y a la convivencia entre los españoles.

De Censurado por Pedro José Ramírez, texto de Rodríguez Ibarra publicada en el ABC en respuesta al artículo firmado por Pedro J. el pasado domingo.

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