- Master and Commander: The Far Side of the World. 2003. La ambientación de la vida a bordo parece bastante creible y los personajes principales son buenos y muy interesantes. Desgraciadamente la historia es demasiado simple y ni siquiera abusa de las escenas de acción para remediarlo. A ratos hasta aburre un poco, pero bueno, para pasar la tarde del sábado no está mal.
- El secreto de Vera Drake. 2004. Un dramón enorme de esos que nos gustan en casa, ambientado en la inglaterra de mediados del siglo XX con unas excelentes interpretaciones y una dirección bastante peculiar (los actores sólo conocián la parte del guión que iban interpretando para que no estuvieran predispuestos) que dota a la película de un tinte de realidad inusual. Muy recomendable. Si te gusta el género, claro.
- La vida de los otros. 2006. Da un poco de pena salir a principios de marzo de la que tiene muchos puntos para ser la mejor película que voy a ver este año… Impecable desde cualquier punto de vista y con una historia sobrecogedora y muy, muy real. ¡Qué ni se os ocurra perdérosla!
- La joven del agua. 2006. Kuroi yume me fustigará por ello (eso en el mejor de los casos, en el peor me enviará a un gargantuesco Giamatti para que destruya mi piso sin compadecerse de los años que me restan para acabar de pagarlo) pero a mi no me gustó demasiado… Me pareció blandengue, predecible y excesivamente esperanzadora y ñoña. Que Shyamalan me perdone…
- El Señor de los Anillos. Las Dos Torres. 2002. Las segundas partes de las trilogias de culto suelen ser mis favoritas. En la guerra de las galaxias me quedo con el imperio contraataca y en El señor de los anillos me quedo con esta. En particular con ese larguísimo asedio al abismo de Helm. Por sacar punta, como siempre, voy a destacar sólo las dos notas más negativas: esa intervención de los elfos de Lothlórien en auxilio de los rohirrim que Jackson se saca de la chistera y, en un plano más humano, lo incomprensible de la predilección de Aragorn por una elfa-merengue mientras la espectacular Eowyn bebe los vientos por él de forma descarada y poco apropiada para una princesa por muy guerrera que sea… Y eso que soy un incondicional de la Tyler pero es que en esta saga el personaje que interpreta no acompaña mucho…
- Paseando a Miss Daisy. 1989. Fuimos muchos los que reparamos en Morgan Freeman a raiz de esta película y, sólo por eso, merece la pena volver a verla. Por lo demás se trata de una historia demasiado amable para mi gusto… Aunque tiene su momento.
- Mi pie izquierdo. 1989. Basada en la historia real de Christy Brown, un multifacético artista irlandes aquejado de parálisis cerebral. Cómo os podeis imaginar se trata del segundo gran dramón de este mes. Por cierto ¿Por que Daniel Day-Lewis se prodiga tan poco con lo buen actor que es?
- Cosas que nunca te dije. 1996. Fue el primer largometraje que le vi a Isabel Coixet y, según veo en IMDB, el segundo en su carrera. Recordaba que en su día me gustó mucho, quizás porque me sentía muy identificado con la protagonista, y sentía curiosidad por ver si ahora, tan alejado de aquellos momentos, me seguía pareciendo una buena película o me gustó por mera empatía… Y si, la he vuelto a disfrutar. Y mucho.
- 300. 2006. Era una de las películas más esperadas de este año y, al menos a mi, no me ha decepcionado. Pero, ojo, hay que ir a verla como lo que es: un espectaculo visual. Quien pretenda ver una película educativa y con trasfondo histórico mejor se queda en su casa. Inevitablemente hay quien ha tratado de extrapolar la historia al escenario político actual y es cierto que, a poco que apartas la vista del exceso de testosterona, se trasluce con facilidad un cierto tufillo a «guerra de civilizaciones» con esos persas (malos, degenerados, inútiles y afeminados) y esos espartanos (honorables, valerosos, muy masculinos y defensores a ultranza de la libertad). No voy a ser yo quien defienda si existe o no existe ese mensaje subliminal. Por mi parte lo he obviado: no era eso lo que iba a ver. Pero si quereis saber lo que hay detrás de la película, fiel adaptación al comic, nadie mejor que el propio Miller para explicar sus motivaciones:
El León de Esparta era una película grandiosa para un chaval de cinco años; la historia de los espartanos y su sacrificio me impresionó para toda la vida. Así que se convirtió en el proyecto que siempre tenía en mente para el día en que estuviese preparado. Ni siquiera empecé a prepararme para hacerlo hasta que no hube visitado el campo de batalla en Grecia. Entonces empezó un intenso periodo de investigación, porque nunca había intentado nada parecido.
Cuando ví El León de Esparta, lo que ví, más allá de ser un niño que veía todas esas capas rojas y esos chulísimos cascos corintios, fue mi primer contacto con una historia donde se planteaba la noción del sacrificio heroico. Hasta aquel momento para mí los héroes siempre habían sido gente que hacía lo que había que hacer y que recibía una medalla y una ovación. Nunca había visto una historia en la que alguien hiciera lo que había que hacer y le costara la vida.
En 300 hay dos cosas que quiero dejar claras. Una es que siempre he encontrado fascinante cómo las sociedades libres dependen de sus dictaduras internas para protegerse. Es decir, cuando estamos en peligro no enviamos al Congreso de los Estados Unidos, enviamos a los marines, que están entrenados y jerarquizados como los habitantes de un estado totalitario. Pero son nuestra línea de defensa, los necesitamos. Es uno de los aspectos paradójicos de esta historia que me encantan, que los menos democráticos de los griegos estuvieran defendiendo la democracia.
La otra tiene que ver con que últimamente se ha puesto de moda aplicar modelos de comportamiento civilizado moderno a las figuras históricas. Parece que lo único que se puede decir hoy en día de Thomas Jefferson es que tenía esclavos, y por lo tanto quedan defenestrados todos sus logros y su genialidad. Eso es muy injusto, porque fue su pensamiento, junto al de otros, el que condujo al fin de la esclavitud. (…) Así era como se hacían las cosas. Todos los griegos tenían esclavos. Faltaban miles de años para que reconocieran y acabaran con ese mal. Y Jefferson pudo ver su fin, pero no pudo conseguirlo. Así que hay muchas cosas que son repugnantes para nuestros ojos modernos que creo que no quitan ningún brillo a estos personajes antiguos.
Me gusta sintetizar las cosas, y hay momentos de mis guiones que no me gustan demasiado porque me dejo llevar con la cháchara. 300 fue un maravilloso ejercicio de síntesis. Hay que tener en cuenta la exigencias de la historia, y además tampoco se puede hacer una historia de espartanos locuaces. Eran gente de pocas palabras.
Extraido de la guía del comic.
- Gandhi.1982 . Aunque os parezca mentira no la había visto. Hasta ahora. Una maravilla de película acerca de, probablemente, el personaje más asombroso del siglo XX. Por mucho que nos guste que fuese de otra manera, el pacifismo y la no-violencia son conceptos antinaturales para el ser humano. Que un hombre sea capaz de arrastrar a esa doctrina a 300 millones de personas en un momento histórico que pedía a gritos una revolución armada me parece algo tan asombroso que si me contasen que pasó hace dos siglos y que no hay referencias históricas contrastables de ello diría que se trata de un rumor sin mucho fundamento… 😉
- Shi mian mai fu (La casa de las dagas voladoras). 2004 . Me la habían puesto en un viaje de AVE pero no es lo mismo y, aunque me sigue gustando más Hero y espero expectante Curse of the Golden Flower, me parece una historia maravillosa y cuidada hasta el último detalle. ¿Qué no habeis visto aún el trailer final de Curse of the Golden Flower? Eso se arregla:
- Invisibles. 2007. Film compuesto por cinco documentales (dirigidos por Isabel Coixet, Fernando León, Win Wenders, Mariano Barroso y Javier Corcuera) y producido por Javier Bardem para conmemorar el 20 aniversario de la ONG Médicos sin Fronteras. Se trata de la película que no debes de ir a ver si no quieres sentirte como un mal nacido precisamente por pertenecer a una sociedad que olvida a su suerte a sus semejantes sólo porque han tenido la mala fortuna de nacer en el lugar equivocado.
Y no, no he vuelto por si me he dejado el grifo abierto. Os sigo engañando con los hijos de la Gran Bretaña…