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Laberinto de injusticia en los Estados Unidos

En julio de 2006, una mujer indígena de Fairbanks, en Alaska, denunció a la policia que la había violado un hombre no indígena. La mujer facilitó una descripción del presunto agresor y agentes de la policía municipal le dijeron que iban a buscarlo. Aguardó el regreso de los agentes pero, como no volvían, se dirigió al servicio de urgencias para recibir tratamiento. Una trabajadora de apoyo señaló a Amnistía Internacional que la mujer tenía contusiones en todo el cuerpo y que estaba tan traumatizada que hablaba muy deprisa. Dijo que aunque la mujer no estaba borracha el Equipo de Respuesta a Agresiones Sexuales la trató de entrada como a una indígena borracha…

Más del 33% de las mujeres indígenas de los EE.UU. serán violadas o sufrirán agresiones sexuales en el transcurso de su vida. A pesar de ello el gobierno de este país dificulta seriamente los procesos en los casos en que se produce una agresión a un mujer indígena, mediante todo tipo de trabas legales y administrativas, tanto a nivel estatal como federal, lo que permite a los responsables de las violaciones a actuar con total impunidad. Colabora con Amnistía Internacional y firma la carta colectiva dirigida a George Bush exigiendo que se intervenga para solucionar este grave problema.

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