El problema no está causado por el DRM como se ha apuntado por ahí y el bueno de Mark (si, si, le sigo tenido simpatía, que le voy a hacer) trata de convencernos de que la cosa no es tan grave y que está causada por un cúmulo de infortunios que se ha cernido sobre sus cabezas de forma imprevisible. Entre líneas, no obstante, se deja entrever perfectamente la enorme chapuza que hay tras este engendro que ya está destinado a repetir el estrepitoso fracaso de windows me.
ACTUALIZACI?N: Ricardo Galli también da su opinión sobre el tema y, ya de paso, una clase magistral sobre diseño de sistemas operativos.