Jean Ziegler lo explico ayer de forma bien clara: los países en desarrollo se ven forzados a producir pensando en la exportación y no en el consumo interno debido a su asfixiante deuda exterior. Esto ha provocado que, en el último año, y debido a la gran demanda de cereales por parte de los productores internacionales de biocombustible, el trigo se haya encarecido un 130%, el arroz un 74%, la soja un 87% y el maíz un 53%. Para la mayoría de nosotros esta subida supondrá un pequeño ajuste en nuestra economía y, tal vez, prescindir de algún capricho. Para el Programa Mundial de Alimentos (del que depende la subsistencia de 75 millones de personas) supone la pérdida de un 40% de su poder adquisitivo durante los últimos tres meses.
En Pobre Mundo Rico publican hoy otro análisis sobre el origen y las consecuencias de esta crisis:
Estados Unidos ha sido el principal promotor, con Brasil, de la política de los biocombustibles para hacer frente al alza de los precios del petróleo, ignorando las consecuencias dramáticas y previsibles de semejante producción. Así, para satisfacer sus necesidades energéticas, Washington está promoviendo una estrategia que va a llevar a gran parte de la humanidad al desastre. No hay ninguna duda al respecto y las grandes instituciones internacionales son unánimes en cuanto a este asunto, incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Más información (en inglés) en la wikipedia.
ACTUALIZACI?N: Como los ricos matan por inanición al mundo. Otro artÃculo que ahonda en este problema.