El capitalismo salvaje europeo ha convertido a la inmigración en una subespecie humana de usar y tirar. ¿Que necesitamos mano de obra barata para que trepe a los andamios o se deslome en el campo, porque así maximizamos el margen de beneficios? Perfecto. ¿Que llegan las vacas flacas y la construcción no construye y tenemos personal autóctono dispuesto a deslomarse por el mismo precio? Pues, hala, volveos para casa, desgraciados.
Javier Ortiz. Como casi siempre acertádamente desagradable…