El fin de semana pasado estuvimos en Sevilla y pudimos, por fin, realizar una visita largo tiempo pospuesta al IES Antonio Domínguez Ortiz. Y a Juanjo, su director. Tuvimos la suerte, además, de coincidir con una de las jornadas del Banco Común de Conocimiento que se estaba poniendo en práctica en el centro. La idea es realmente buena. Todos conoceis los bancos de tiempo ¿verdad? Pues imaginaos que de lo que se trata no es de la realización de una tarea en si, sino de compartir el conocimiento necesario para aprender a hacerla por tí mismo. Por poner un ejemplo real que tuvimos la ocasión de presenciar: nadie se ofrece a limpiar el carburador de tu moto, sino que te enseña la forma de que lo hagas tu mismo. En segundo lugar, despojamos la experiencia de cualquier tipo de unidad de intercambio similar a la moneda y la convertimos en algo verdaderamente altruista. En definitiva, se trata de trasladar de alguna forma el intercambio colaborativo de conocimiento que ya se produce de forma generosa y despersonalizada en Internet a un plano más personal y humano, en un entorno mucho más reducido y prescindiendo de la tecnología como soporte.
La «puesta en escena» realizada en el Instituto resultaba particularmente colorista: grandes tablones con post-it de colores donde el verde representa una oferta de conocimiento y el rosa una demanda de los mismos. Los post-it amarillos se reservaban para, de alguna forma, agrupar las ofertas y demandas en torno a disciplinas como la mecánica, la informática, los idiomas o la educación física. Las ofertas y demandas eran tan dispares como crakear claves wep, enseñar a conjuntar la ropa (¡falta que me hace!) o a maquillarte. O, mi favorita, alguién que pedía que le enseñaran a enamorar a la Jenny 🙂 .
La experiencia ha estado copilotada, aprate de por los profesores y alumnos del Instituto, por el Simposio de Educación Expandida y por Platoniq. A continuación os dejo algunas fotos más de las actividades que compartimos con ellos.