Para el lector que no esté familiarizado con el término, VPS son las siglas en inglés de Servidor Privado Virtual. Las empresas de hosting que los comercializan te proporcionan el uso exclusivo y sin restricciones sobre una máquina virtual de forma que tienes la ilusión de trabajar sobre un servidor dedicado mucho menos «influenciable» por la actividad de tus vecinos que ejecutan sus propias máquinas virtuales sobre la máquina anfitriona real. La parte negativa de esto, que la tiene, es que los recursos físicos de esta máquina suelen ser bastante reducidos y rígidos y tampoco tú podrás excederte en el consumo. Y un servidor web, ya sabeis, es un terrible monstruo devorador de RAM, así que la configuración «fina» es prácticamente indispensable.
Os cuento un poco de como funciona y las posibilidades que tiene. El panel de control ofrecido es sobrio pero funcional y, cubre las acciones básicas que podríamos realizar si estuviéramos delante de la máquina real (apagarla, encenderla, reiniciarla…), y otras tareas útiles de mantenimiento (clonar y redimensionar discos, realizar una instalación del sistema operativo desde cero…), algunos gráficos de estado, la posibilidad de realizar un acceso remoto a la consola desde web y alguna otra utilidad más. Cualquier otra cosa hay que hacerla a golpe de línea de comando. Las distribuciones disponibles son Ubuntu, Fedora, Debian, CentOS, ArchLinux, Slackware, Gentoo y OpenSuse. Difícil que no encuentres una a tu gusto.
Pero lo más interesante, tal vez, son las posibilidades de escalado y la forma de facturación de estas. En cualquier momento y en caliente podemos añadir extras (más RAM, espacio en disco, etc.) a nuestra máquina y si, por ejemplo, después de pedir un extra de RAM de 360 MB durante un mes damos marcha atrás a los dos días, la parte proporcional de nuestro pago (correspondiente a los restantes 28 días que no hemos usado) se devolverá a nuestra cuenta. Dicho dinero no se nos reintegra de forma real pero queda a nuestra disposición para futuros pagos. Los redimensionados de la máquina virtual a otra con mejores características funcionan de la misma forma, pero estos se hacen en frío y con un tiempo de parada estimado de unos 20 minutos.
La documentación es mucha y muy buena. La mejor lo tenemos a través de una extensa librería con tutoriales para hacer prácticamente cualquier cosa con nuestro servidor (y que pueden serte útiles aún si no contratas nada con ellos). Aparte, existe un foro y, con mucho menos contenido, una wiki. El resto de recursos está listado aquí.
Más ventajas: el pago se hace siempre en dolares (que siguen teniendo un cambio ventajoso para nosotros) pero puedes elegir que tu VPS se encuentre en un CPD de EE.UU. o en uno del Reino Unido. Además, cuentan con una política de «agradecimiento» que te recompensa con 20$ por cada cliente conseguido a través de una recomendación tuya. Así que ya sabéis: si estáis buscando un VPS y os apetece probar con Linode hacedlo a través de este link. Gracias 😉