Lo mejor de No habrá paz para los malvados (2011), como sin duda ya habrás escuchado por ahí, es la impecable actuación de José Coronado como Santos Trinidad. Coronado se consagra de nuevo como un excelente actor y uno de nuestros mejores «malos» de película. Por lo demás, la historia tiene muy poco ritmo y se hace a ratos aburrida y difícil de seguir. Además, la lectura final (si es que la pretende) me resulta incluso desagradable moralmente: ¿Nos quiere decir, acaso, que la lucha contra el terrorismo justifica que existan hijos de puta como este en los cuerpos de seguridad? Pues vaya…
J.Edgar (2011), me ha dejado un poco frío. Es cierto que cometí la imperdonable torpeza de ir a verla doblada y no en versión original, así que no me siento con criterio para juzgar la interpretación de DiCaprio, por ejemplo. Pero aparte de eso, me parece, poco perdonable el escaso protagonismo que reciben algunos secundarios y el nefasto trabajo de caracterización. La historia de este señor, además, me resulta insulsa y nada atractiva. Vamos, que me aburrí un rato y que con esta ya empiezo a pensar que Eastwood ha perdido su toque como director. Al menos en lo que a mi respecta.
Insidious (2010) ha sido la gran decepción del mes. Me habían hablado muy bien de ella y, al final, se trata de una pobre mezcla entre «Polstergeist», «El exorcista» y «Pesadilla en Elm Street». Tiene algún buen momento, si, pero no llega a provocar verdadero miedo en ningún momento.