David Escorial remitió el lunes pasado un correo electrónico para criticar la publicación de unas inserciones publicitarias en la edición digital del diario. El lector concretaba su queja en tres pequeños anuncios que figuraban ese día al final de un artículo titulado El salto de la patera a la piragua y cuyo subtítulo precisaba: ‘Los traficantes de inmigrantes aumentan el tamaño y la potencia de sus embarcaciones para rentabilizar más sus viajes hacia España’.
El dramatismo del artículo contrastaba con los textos de los anuncios, seleccionados por un robot virtual de escasa sensibilidad social. En el primero se podía leer: «Préstamos inmigrantes. Cumplir tus sueños nunca fue tan fácil. Decide sólo cómo y cuánto». En el segundo: «Barcos crucero. Alquiler de barcos sin licencia por los ríos y canales de Europa». Y en el tercero: «Todo para el piragüista. Piraguas, kayaks, canoas».
Siempre bajo el epígrafe Anuncios Google, los textos publicitarios que acompañaban al día siguiente el mismo artículo no eran menos chocantes. El primero: «Hipotecas inmigrantes. Hipotecas al 100% de tu vivienda. Gestión rápida. ?ptimas condiciones». El segundo: «Alquiler de barcos en Ibiza. Embarcaciones yate, velero, goleta, catamarán en Ibiza y Formentera». Y el tercero: «Ibiza chárter veleros, yates, catamaranes, motos acuáticas».
Bastante menos dramático es el anuncio que, de forma casi invariable, nos acompaña todos los dÃas junto a la cabecera de Meneame, el sistema de promoción democrática de noticias de moda:
Lo que está claro es que vendrÃa bien una alternativa más inteligente al sistema de anuncios actúal. Algo que no tenga en cuenta sólo palabras claves sino algún otro tipo de atributos o etiquetado manual por parte del webmaster que ayude a elegir correctamente los anuncios más apropiados y evite disparates como estos.
O, en caso contrario, Virginia seguirá pagando por meneársela todas las mañanas a las personas inadecuadas… pobrecilla.