Y ahora un inciso:
So the question is, ??How do we use Linux to manage the exchange environment?â? In the book we detail an approach that uses a front end Linux server that will, for free, scrub email, scan for viruses, and verify the delivery address for routing across backend mail servers (Exchange, sendmail, etc). You offload things that typically run on the Exchange server and bog it down. By using a Linux box to front-end Exchange, you get more horsepower out of your Exchange server so that you get better performance for what you’re paying for.
Aunque a la mayorÃa nos parezca increible esta párrafo (y otros similares) ha salido de una bitácora cuyo registro pagan los chicos de Redmod: Port 25 el laboratorio de Open Source de Microsoft. Es evidente que nunca llegarán a decir que existe software libre mejor que el suyo pero el hecho de que sean capaces de dibujar un escenario colaborativo en el que el software libre pueda aportarle un valor añadido a sus clientes y recomendarlo asà desde sus páginas me parece un cambio radical y fascinante en el modus operandi de la gente de Microsoft.
Existen otros movimientos en la misma lÃnea como, por ejemplo, el soporte a sistemas Linux en Virtual Server 2005 que hacen pensar en la posibilidad de un cambio de estrategia empresarial ¿Llegará Microsoft a distribuir sus principales productos bajo una licencia de fuente abierta? No, no creo que lleguemos nunca a tanto pero simplemente el hecho de que se preparen para un mundo de convivencia y entendimiento con el software libre ya me parece algo notable. Un logro.
Como ya he dicho creo firmemente en el modelo de software libre, pero no creo en una imposición de este modelo. No se puede imponer un modelo libre porque el propio hecho de hacerlo le hace perder legitimidad (y si no mirad Agfanistan, Irak…) y deben de ser las administraciones públicas, las empresas y la sociedad en general quienes se den cuenta de las ventajas de dicho modelo. Para ello puede que sea necesario corregir los desequilibrios introducidos por las prácticas comerciales abusivas y monopolÃsticas del pasado (y aún del presente) mediante una cierta «discriminación positiva». Pero poco más. El resto hay que ganárselo.
Es previsible, por tanto, que el software libre conviva durante mucho tiempo junto al propietario. Posiblemente para siempre. Pero para que esta convivencia sea beneficiosa (para todos) es preciso que exista un clima de colaboración y mutuo entendimiento. Y por supuesto que nadie le ponga la zandadilla a nadie. No se si la iniciativa de Microsoft es sincera o esconde alguna trampa oculta pero, por el momento, no me parece un mal paso. Ya veremos.