La noticia suena muy bien. Por un lado la Junta de Extremadura se va a atrever finalmente a acometer lo que el Ministerio de Administraciones Públicas prometía hace años con el ahora abandonado Proyexto Rhodas dando por fin un paso decisivo para demostrar la viabilidad de la utilización en exclusiva de software libre en la administración pública. Por otro lado, en un país como el nuestro donde la administración pública genera un importante porcentaje (por no decir la gran mayoría) de los contratos de los que subsisten las empresas privadas una decisión como esta arrastrará a muchas empresas privadas que deberán de ‘aproximar’ sus entornos de trabajo a los de su principal cliente. Sin lugar a dudas se trata de una muy buena noticia.
Ahora sólo queda esperar que se haga bien porque una marcha atrás o, lo que es peor, un fracaso en una iniciativa como esta sería algo muy decepcionante. Aunque creo que la proliferación de distribuciones educativas en las distintas comunidades autónomas (de las cuales Linex fue la abanderada) ha servido para hablar de la existencia de alternativas al software de Microsoft soy bastante crítico en cuanto a la repercusión real que han tenido estas distribuciones salvo por supuesto, y no lo subestimo, un importante ahorro en el coste de licencias de software en las consejerías de educación.
Ahora estamos hablando de otra cosa. Una migración como la que se pretende aquí no es algo trivial y para mi al menos (e imagino que para todos los que hemos estado involucrados en procedimientos similares) un año de plazo se me hace muy poco y espero y confío en que ya se hayan realizado ensayos y pruebas piloto. Espero asimismo que no se olvide como suele suceder algo fundamental y más en un entorno tan hostil a los cambios como es el de la administración pública: incentivar y formar al usuario para que se involucre en el proceso y se sienta partícipe de los cambios. Una migración de estas características no es sólo un asunto técnico: no basta con que pueda hacerse sino que hay que convencer de ello a todos los actores o el fracaso está asegurado…
En cualquier caso quiero ser optimista. El proyecto Rhodas, aparentemente bien hecho y planificado, fracasó (al parecer) tras un cambio de los responsables políticos y al menos sabemos que es más fácil que el cielo se nos caiga sobre las cabezas que esto ocurra en Extremadura 😉
Vamos a ello entonces y mis más sinceros deseos de éxito a todos los involucrados en este proyecto.