- 1 kg. aprox. de cordero cortado en trozos pequeños (yo suelo comprar una pierna y pedir al carnicero que me la deshuese).
- 1 cebolla
- 300 grs. de ciruelas pasas
- Canela
- Medio limón
- 100 grs. de piñones
- Aceite de oliva
- Arroz blanco o cous-cous para acompañar
Las ciruelas se colocan en agua templada durante dos horas (aproximadamente una hora antes de empezar a guisar porque tardaremos una hora más en necesitarlas). Se corta la cebolla en rodajas finas y se sofrie ligeramente. Antes de que se poche echamos el cordero y lo sofreimos todo junto hasta que está doradito y ha perdido casi todo el agua que ha soltado. En este punto añadimos una cucharadita de canela, el zumo de medio limón y lo cubrimos todo con agua caliente (aprox. medio litro) para que rompa a hervir inmediatamente. Tapamos la cazuela, bajamos el fuego y lo dejamos guisar durante unos 40 minutos.
Pasado este tiempo escurrimos las ciruelas las incorporamos a la cazuela y volvemos a tapar el guiso durante otros 30 minutos. Vigilar de vez en cuando que no se seque completamente ni se pegue dando unas vueltas pero con cuidado de no destrozar las ciruelas que son muy frágiles pues estarán blandas después de las dos horas en remojo. Pasado este tiempo apagamos el fuego y dejamos reposar. En el momento de servir se tuestan los piñones con un poco de aceite y se espolvorean directamente sobre cada plato.
Aunque los antiguos cocineros de este guiso no estarían muy de acuerdo conmigo en este punto, se disfruta mucho mejor acompañado de una buena botella de tinto. Nosotros hemos aprovechado también para probar el Viña Sabuco, un tinto madurado cuatro meses en las barricas de Palomar Sánchez, una de esas jovenes bodegas que están haciéndonos redescubrir los vinos de Castilla-La Mancha.
DISCLAIMER: La gente de la bodega Palomar Sánchez es amiga desde hace años e incluso les eché una mano (más testimonialmente que otra cosa) con la vendimia del año 2005. Otro motivo más para que me sepan mejor sus vinos… 😉