O, lo que es lo mismo, 232 pesetas para quien aún le cueste percibir correctamente el verdadero valor de las cosas con esta nueva moneda con la que todo parece que cuesta menos. Esto es lo que se cobra por cada uno de los «mensajitos» que se envÃan para votar que el o la impresentable de turno salga de la casa de los zánganos, para que el niñato o la niñata de turno siga haciéndose estúpidas ilusiones en una de esas academias de artistas varios o simplemente para que un mensaje chorra aparezca durante un par de segundos en uno de los muchos programas de telebasura que salpican la parrilla de la programación. ¿De verdad que no se les ocurre nada mejor que hacer con ese dinero?