- 4 lomos de bacalao ya desalado.
- 2 pimientos rojos y uno verde.
- 2 cebollas.
- 8 dientes de ajo.
- una rebanada de pan frito
- Perejil
- 250 grs. de tomate frito
- Un par de hojas de laurel.
- Medio vaso de vino blanco
- Pimienta negra molida y aceite de oliva.
Espolvoreamos ligeramente el bacalao con pimienta negra y lo reservamos. Picamos la cebolla, los ajos y los pimientos y lo sofreímos todo. Cuando está bien pochado (pero cuidando que no se queme en absoluto) lo trituramos con una picadora junto con la rebanada de pan frito, lo mezclamos bien con el tomate y añadimos medio vaso de vino blanco y otro medio de agua. Lo devolvemos a la cacerola, añadimos las hojas de laurel y, esperamos a que empiece a hervir. Colocamos los lomitos de bacalao, espolvoreamos generosamente con perejil fresco bien picado y lo dejamos cocer, cubierto y a fuego lento, durante unos 15 minutos por cada lado.
Mi intención original era hacer bacalao a la vizcaína pero parece ser otra de esas recetas con miles de variantes y una lucha encarnizada por defender la verdad única. Y no, ya no me meto en más de esas que estoy mayor… 😉