- 500 grs. de zanahorias
- Perejil fresco
- 1 diente de ajo
- 1 cucharadita de comino molido
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
- 2 cucharadas soperas de vinagre de vino
- Sal y pimienta negra
Preparamos un majado con el diente de ajo, perejil fresco, una pizca de sal, pimienta negra molida, el vinagre y el aceite hasta que el resultado es una mezcla mas o menos homogénea y de aspecto cremoso. Yo, que soy bastante perezoso para los majados, suelo pasar antes el ajo y el perejil por la picadora y así me ahorro algo de trabajo. Tostamos un poco el comino en una sartén con una pizca de aceite y lo incorporamos al majado.
Se pelan las zanahorias y se cuecen durante aproximadamente 15 minutos en agua hirviendo con sal. Ten cuidado que si te pasas luego se desbaratan y quedan horribles. Si tienes dudas pínchalas de vez en cuando con un cuchillo. Se escurren y se dejan enfriar un poco. Cuando están templadas se cortan en rodajas gruesas (de poco menos de un dedo… bueno, espera, de aproximadamente un centímetro que no tengo ni idea de como tienes los dedos!) y se mezclan bien con el majado. Si las zanahorias son muy gordas puedes cortar las rodajas más grandes en medias lunas. Las dejamos reposar durante unas horas en la nevera (en un recipiente cerrado para que no se resequen) y listas para comer.