- In this world. 2002. Película documental sobre el viaje de un niño y su primo adolescente desde Afganistán hasta Londres en busca de una vida mejor. La historia es impactante, pero la forma de narrarla la hace aburrida a ratos, la verdad.
- Urga. 1991. Un camionero ruso sufre una avería y se ve obligado a aceptar la hospitalidad de una familia de mongoles que viven en las estepas de siberia. Pintoresca, pero flojucha. Y es que esto de confrontar dos estilos de vida diferentes ya está muy visto ¿Tenemos por ahí alguna de esquimales? Creo que ya es lo que me queda por ver…
- Al final de la escalera (The Changeling). 1980. Un hombre decide cambiar de vida tras perder a su mujer y a su hijo en un desafortunado accidente y se encuentra con que su nueva residencia está habitada por una misteriosa presencia que parece necesitarlo para ajustar cuentas con el pasado… Catalogada como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos en varios rankings y, doy fé de ello, terriblemente inquietante en muchos aspectos.
- X-Men Origins: Lobezno (Wolverine). 2009. Un Hugh Jackman más hormonado y musculoso que nunca y una historia bastante ñoña e intranscendente en la que lo único que se salva (y sólo en parte) son los primeros minutos libremente inspirados en Lobezno: Origen, el fabuloso comic de Quesada. ¿Historia?¿Qué historia? dirán algunas, me temo…
- Rebeldes (The Outsiders). 1983. Ha envejecido bastante mal y hoy se ve pacata e inocentona, pero aún así merece la pena «rescatarla» para ver de donde salieron muchos de los chicos que han mantenido encandiladas a las adolescentes desde finales de los 80 hasta bien entrados los 90: Tom Cruise, Rob Lowe, Patrick Swayze, Ralph Macchio (el de Karate Kid), Matt Dillon, Emilio Estevez… un derroche, vamos.
- The reader. 2008. Un joven estudiante de derecho se tropieza, de forma inesperada e involucrada en un juicio sobre los crímenes del nazismo, con la mujer que, años atrás, lo inició en el sexo y luego desapareció de su vida de forma misteriosa. Hacía tiempo que no lloraba tanto con una peli. ¡Imperdonable perdérsela!