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Albóndigas de choco y gambas

Atención señores y señoras que la receta de hoy requiere de un poco más de elaboración que a las que os tengo acostumbrado pero os prometo que los resultados merecen la pena y, gracias a ella, enamorareis a la madre de ese amor que se os resiste. Ahí vamos:

Echamos en un bol el choco y las gambas picadas, los huevos y unos 40 grs. de pan rallado y lo mezclamos bien.
En otro bol aparte echamos media cebolla, 2 dientes de ajo y un poco de perejil, todo ello picado. Añadimos una pizca de pimienta negra molida y 50 cl. de vino blanco y lo pasamos con la batidora hasta hacer un puré que mezclamos con el contenido del primer bol hasta hacer una masa homogenea.

Con esa masa hacemos las albondigas y las freimos en freidora y sin harina. Os advierto: hay que armarse de paciencia porque la masa es muy, muy blanda y cuesta mucho trabajo tanto hacer las albóndigas como que no se desbaraten al freirlas. Ayuda, además de la paciencia, que tengamos siempre las manos bien húmedas y limpias, que el aceite esté bien caliente y que las vayamos friendo de muy poco en poco.

Una vez fritas las albóndigas cocemos en agua las cabezas y los desperdicios de las gambas hasta que hiervan. Hacemos un refrito con la cebolla y el ajo restante, los pimientos verdes y el tomate. Añadimos las 3 cucharadas de tomate frito, el agua cocida y colada de las gambas, las hebras de azafran previamente ‘desleidas’, el vaso de vino blanco y ajustamos de sal. Dejamos hervir dos o tres minutos y lo pasamos todo con el chino.

La salsa anterior se añade a las albóndigas y se cuece todo durante tres o cuatro minutos justo antes de servirlas para que no se ‘empapuchen’. Acompañan muy bien de patatas fritas y, si queremos seguir con los localismos, de un Barbadillo o cualquier otro vino blanco de Sanlucar de Barrameda.

El choco congela muy mal (se pone ‘chicloso’ enseguida), así que nada de guardarlo en ‘tapers’ para otro día: hay que consumirlo en un par de días como mucho.

Esta receta, típica de Cádiz típica de Huelva y muy popular en Cádiz, está ligera y libremente adaptada de una extraida del libro Las 100 Tapas de Pedro escrito por el propietario de El Giraldillo, uno de mis bares favoritos en Sevilla sito en la calle Cabo Noval y por el que no debes de dejar pasar si quieres ver lo que es un bar de tapas tradicional:

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