Ubuntu One se presenta como un servicio de almacenamiento remoto, sincronización y compartición de archivos con dos modalidades: una gratuita que ofrece hasta 2 GBytes de espacio y otra de pago que, por 10$ al mes, amplía esta cuota hasta 10 Gbytes. El servicio está disponible, por el momento, sólo mediante beta cerrada a través de invitaciones, tiene aún algunos bugs importantes y ha despertado críticas en muchos sectores ya que, mientras que el cliente de escritorio está escrito en python y su código si es libre, la parte que corre en servidor (en los servidores EC2 de Amazon, concretamente) es propietaria.
Una vez que disponemos de una cuenta, el acceso al servicio de Ubuntu One se puede hacer de dos formas: mediante una aplicación web o mediante un cliente de escritorio. Este último, que es quién realmente le proporciona un carácter difererenciador al servicio, sólo puede utilizarse por el momento desde la versión 9.04 de Ubuntu.
El cliente web no tiene nada de especial y se parece mucho a cualquier otro interfaz FTP vía web. El acceso se hace siempre vía https y la autenticación mediante una cuenta de launchpad. Podeis ver un pantallazo aquí abajo:
Pero, como decíamos antes, la verdadera gracia del servicio está en el cliente de escritorio. Las instrucciones para su instalación están aquí y son bien sencillas. La primera vez que ejecutemos el cliente en nuestra máquina asociará esta a nuestra cuenta de Ubuntu One. Podemos tener tantas máquinas asociadas a una cuenta como queramos (y los archivos compartidos se sincronizaran en todas ellas) pero, por lógica, cada cuenta de usuario en una misma máquina sólo podrá estar asociada a una cuenta de Ubuntu One. Esto es debido a que el servicio lo que hace es crear físicamente un directorio en nuestro home que es sobre el que se realizará la sincronización:
El servicio que presta Ubuntu One no es nuevo. dropbox, box.net, wuala, humyo o mozy, por decir algunos, ofrecen una funcionalidad similar desde hace tiempo. Algunos de ellos incluso con clientes específicos para GNU/Linux. La baza de Canonical, imagino, será presentarlo ya instalado y disponible para su uso como una característica de base en futuras versiones de sus plataformas proporcionandolo como un valor añadido. Veremos.