Dentro de la reciente campaña publicitaria que Metro de Madrid ha lanzado en los últimos años hay algunos carteles y anuncios realmente buenos y divertidos, pero hay uno de ellos que me chirría particularmente. Este en concreto:
¿Lo habéis visto?¿Con detenimiento? Pues entonces os habréis fijado en una cosa: los únicos usuarios que se pueden identificar claramente como extranjeros son una pareja de orientales con aspecto de turistas. No hay subsaharianos, ni árabes, ni nadie claramente procedente del centro o el sur de América. Bueno si, si nos fijamos muy, muy bien, se ve alguno en planos de fondo, pero hay que buscarlo a propósito y, desde luego, no en el núcleo protagonista del spot. Acusarlo de racista sería, tal vez, demasiado. Pero, a mi al menos, me parece muy desafortunado. Mucho más con ese mensaje final de «La gente que el metro de cualquier lugar del mundo quisiera tener».
Lo de «Madrileños» y la omisión tendenciosa era más paródico que crítico, y como muy bien has observado, el metro no es precisamente el medio de transporte favorito de los nativos. xD
¡Claro que has pagado con tus impuestos el metro y tantas cosas! Como muchos hemos hecho, para finalmente sustentar un sistema lleno de parásitos que apenas dejan dinero en impuestos porque trabajan en negro pero reciben todo tipo de beneficios sociales. Es curioso, porque al recibir gratuitamente así como así, perdemos la noción del valor de las cosas: de ahí la falta de respeto hacia lo público, hacia lo que es de todos.
Claro que los malos comportamientos no son sólo comportamientos étnicos: como cité siempre hay algún niñato sentado en el suelo, con el móvil a toda pastilla escuchando su musiquita de turno, pero debido al gran número de inmigrantes que suelen usar el transporte público el comportamiento de estos es demasiado notorio. En cuanto a los españoles, creo que nos hemos vuelto maleducados por evitar el más mínimo contacto con los demás: la gente prefiere empujar a pedir paso, no levantarse del asiento si alguien lo necesita no ya sólo por comodidad y el «hay más gente, que lo hagan ellos», sino por no destacarse y no relacionarse ante el elemento extraño.
Entre los españoles, que perdemos la educación a pasos agigantados, y los que vienen de fuera sin ninguna vamos apañados.
Y si quieren vender el Metro en publicidad obviamente, no pueden vender que es multiétnico: da mala imagen e impresión de inseguridad. Para ver eso sólo tenemos que bajar al Metro. xD
Ay, Sergio, tú como siempre a tu cruzada (nunca mejor dicho) particular… 🙂
Me he comido lo de madrileño porque no lo he creído necesario. Si con madrileño se refiriesen sólo al que ha nacido en Madrid, pues resulta que hay cuatro y dos no se suben al metro. Yo llevo aquí 10 años empadronado y pagando impuestos. Madrid percibe parte del dinero que el estado me retiene y, por tanto, me considero con el mismo derecho que una señora del barrio de Salamanca a la hora de criticar un servicio. Al igual que yo están todos los africanos, rumanos y americanos que viven y trabajan aquí o que han trabajado durante los muchos años durante los que este país se ha beneficiado de tener tanta mano de obra barata disponible.
En cuanto a los comportamientos que enumeras, para mi no son étnicos sino de educación y te puedo asegurar que me he cruzado con muchos españoles haciendo las mismas cosas que dices. Alguna, incluso, bastante más desagradable.
Y si, claro que es publicidad y deberían de vender la parte buena, eso no lo critico. También las hamburguesas de McDonalds tienen mejor aspecto en los anuncios ¿verdad? Lo que me parece ridículo es que oculten una realidad, la variedad étnica, que no debería de ser problemática para nadie sano y normal a estas alturas.
El mensaje final es «Madrileños: la gente que el metro de cualquier lugar del mundo quisiera tener». Ese «Madrileños» que has omitido de forma tan tendenciosa, Jose María…
A ver, intentan vender una imagen del metro en condiciones: ¿qué iban a poner? ¿A los sudamericanos bloqueando las puertas para intentar entrar los primeros a sentarse? ¿A los rumanos emborrachándose dentro del vagón y gritando? ¿A los niñatos con la música de los móviles a toda pastilla y sentados en el suelo? ¿A los niños gitanos colgándose de las barras como si hicieran gimnasia? ¿A mi mirando con cara de mal hostia a todo el mundo? Vamos, José María, que es publicidad… xD
Ya de eso ni hablamos Carmen. Es verdad que las nuevas estaciones y alguna en la que se han hecho importantes reformas (que son las que aparecen en el anuncio) son buenas y cómodas, pero otras se olvidan totalmente o cuando se acometen reformas se hacen de forma incoherente (la estación de Vinateros, por ejemplo, estuvo cerrada parcialmente casi un año por reformas y no se hicieron accesos para minusválidos). El metro ligero es un engaño (el muro que han puesto en San Chinarro y que divide el barrio por la mitad me recuerda la vieja vía de tren que separaba Sevilla en dos partes hasta finales de los 90) además de estar parcialmente privatizado de «tapadillo»… Los servicios en horas puntas de ciertas líneas (la 6, la 9…) dejan mucho que desear, llevan años prometiendo en campaña la apertura nocturna los fines de semana…
No se me hubiese ocurrido jamás pensar en el metro como un medio de transporte adecuado en los últimos meses de mi embarazo!!! Pero si los vagones huelen mal, si la gente no te deja sentarte, al menos no siempre, teniendo una barriga que me llegaba a Estambul!
Y claro, no es el metro de cada día el que sale en ese anuncio… es la puñetera manía de hacernos ver lo que no es. Pero no entiendo nada, nos venden esa imagen a la gente que lo utilizamos!
Santo marketing!
(Me alegra haberte metido en la cabeza esos 25 años)
Besitos, muchos.