Ni yo ni ningún familiar directo mío (al menos por el momento y que yo sepa) desempeña actividad alguna mediante la que se beneficie o pudiera beneficiarse de ninguna de las maneras de los derechos de autor. Estoy de acuerdo con que el modelo actual de derechos de autor y los métodos que se usan tanto para gestionarlos como para recaudar «compensaciones» precisan de una reforma y el modelo de negocio en el que se sustentan de una profunda renovación. Considero, como no podía ser de otra manera, que la forma en que este gobierno ha querido favorecer al colectivo y a las organizaciones que más se benefician de la situación actual ha sido burda, desafortunada y, lo que es peor, ha dejado de nuevo en entredicho la enorme falta de coordinación que existe entre las diferentes carteras ministeriales. Aún así, no puedo ni quiero, ni siquiera como mal menor, apoyar un manifiesto desafortunado en su concepción y en su contenido por muchas y diferentes razones. Y como ya se ha escrito mucho y muy bien sobre el tema durante los últimos días, me limito a dejaros aquí una pequeña muestra de aquellos enlaces con los que más identificado me he sentido:
- Manifiestos, churras y merinas
- Así conmigo no
- Más de lo mismo
- El manifiesto, si y no
- Chapas para un manifiesto
- Los aciertos y los errores de Julio Llamazares
- Ni me gusta la ley, ni me gusta el manifiesto
- La modificación de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información contiene graves errores, pero no suscribo todo el manifiesto
Sergio: sin quererle quitar importancia a la barbaridad que han querido cometer desde el gobierno (y espero que eso haya quedado perfectamente claro: no hay ningún ánimo de disculparlos por mi parte), no creo que haya habido intención alguna de censurar nada ni de reducirles derechos a nadie. Se trata, simplemente, de seguir concediéndoles prebendas a un colectivo que le ha sido especialmente fiel y rentable en las elecciones.
Pues yo lo he apoyado: es un manifiesto breve, no un ensayo de 50 páginas desglosando cada punto.
¿Desafortunado en su concepción y contenido? Depende: desafortunada más bien la intentona que se ha producido por una parte interesada de asociarlo con las descargas de material audiovisual sujeto a derechos de autor. Para mi lo que ha primado en mi apoyo al manifiesto ha sido la reivindicación de que sean las autoridades judiciales las que tomen medidas efectivas para el cierre de páginas y no una entidad administrativa dependiente del Gobierno y constituida en parte por gente interesada.
Hay quien no ha apoyado el manifiesto siguiendo directrices de formaciones a las que pertenecen o con las que simpatizan, y luego se han escudado en pretendidos «puntos oscuros»: hay quien directamente no lo ha apoyado por su escasa simpatía por quienes lo han redactado.
Insisto en que lo he apoyado porque creo que el Gobierno no debe estar por encima de los jueces: todo esto lo hacen para saltarse las decisiones judiciales. Es propio de un estado antidemocrático.
Cada cual es libre de tomar sus propias decisiones en base a su lógica, su conciencia o sus creencias: espero que esto siga siendo así durante mucho tiempo, aunque aquí ya hemos visto otro atisbo de que el Gobierno no participa de esta opinión.