Nunca me han gustado las series. Salvo Friends, claro. A mi juicio no son más que telenovelas para públicos «diferentes» donde el desarrollo de la trama se hace forzadamente lento capÃtulo a capÃtulo sin que apenas pase nada en ninguno de ellos. Y, que diablos, que no hay tantas historias que necesiten 10 horas (¡o más!) para narrarse y que puedan ser realmente interesantes. Se salvan, claro, aquellas que presentan una estructura de capÃtulos autoconcluyentes atados por el hilo conductor de sus protagonistas que van mostrando algún tipo de evolución más o menos conseguida. Pero vamos, eso ya estaba ahà con Los hombres de Harrelson, El superheroe americano, Luz de luna… ¿Os acordáis?
Pero bueno, a lo que vamos. Durante el último año he descubierto varias nuevas series y alguna de ellas ha sido gracias a recomendaciones de gente de la que me fÃo. Para «devolver el favor» (y buscar posibles reemplazos) voy a hacer aquà una lista de lo que estoy viendo o he visto últimamente y si las considero aprovechables o no. Ojo: sólo series que aún están en la primera temporada. Para las consolidadas no hacen falta recomendaciones y hay fuentes mejores que este blog. Ahà van:
Defiance. Esta tampoco me ha funcionado. Personajes poco convincentes, ambientación y maquillaje muy falsos… Su atractivo deberÃa de ser la historia de convivencia y enfrentamiento entre distintas razas intergalácticas muy diferentes que se ven obligadas a convivir en una tierra post-apocalÃptica pero, a mi al menos, sólo me transmite sopor y aburrimiento. A la hoguera.
Elementary – Sherlock Holmes está de moda, es evidente. Tenemos la adaptación al cine de Downey Jr., la fabulosa serie británica que lleva ya dos temporadas (y regresa en octubre con la tercera) y ahora esto que, posiblemente, es el peor producto de los tres pero que, aún asÃ, aguanta el tipo y se hace entretenida. En este caso el nuevo Sherlock vive en el New York de nuestros dÃas y Watson (Luci Liu) es un asistente contratado por su padre para ayudarle a superar sus problemas de adicción a las drogas. Las historias son irregulares y a veces abusan del sÃndrome del mayordomo (el culpable es ese personaje que sale cinco minutos al principio del episodio y no le volvemos a ver el pelo hasta el final) pero la mayorÃa de las veces te dejan participar de la deducción que conduce a la resolución del caso. Lo dicho: no es Sherlock pero ayuda a hacer agradable la espera hasta octubre.