¡Cómo para olvidarse de que esta es la semana de Apple! Todo ha sido comenzar la Macworld y revolucionarse el patio del colegio. La verdad es que el despliege de marketing de los chicos de la manzana está a años luz de la competencia y el amigo Steve sabe sacarse partido pero en cuanto al «producto estrella» de este año a mi, la verdad, no me parece para tanto.
En primer lugar he de decir que le tengo cierta aversión a los telefónos-ordenador. Quizás si algún día me quedo totalmente calvo se me pasará pero por el momento me parece ciertamente «asquerosito» el aspecto que van tomando poco a poco las pantallas de estas super-agendas tras el contacto con la grasa capilar y no hay nada que me de peor impresión que cuando el ejecutivo de turno te saca su iPaq de último modelo para enseñarte unas tablas de precios y la pantallita está hecha un asquito… O se popularizan los auriculares bluetooth para este tipo de cacharros o, sinceramente, a mi jamás me vereis con uno pegado a la oreja.
Luego en cuanto a dimensiones me parece un pelín grande para llevarlo en el bolsillo del pantalón… Alguien me dijo una vez que en las películas pornos se solían escoger actrices con bocas, manos y otros rasgos físicos pequeños para que, en contraste, nos diera una mayor sensación de contemplar miembros viriles superlativos. ¿Cómo se le pasan estas cosas a Apple y no contratan a un modelo con grandes manazas para las fotos promocionales? Pero vamos, que si quereis hacer una prueba real por vosotros mismos os he preparado un precioso recortable a partir de las dimensiones que aparecen en la página de especificaciones técnicas del aparato: 115x61x11.6mm. ¡Ala!¡A coger la tijera y a hacer manualidades!
Iba a analizar el resto de las características pero acabo de leer el post de Antonio Ortiz (del cual, además, he copiado la trasera del iPhone para el recortable que no había visto en ningún sitio) y coincido con él casi al 100% así que ni me molesto. Mi impresión final es que, al igual que el iPod, se trata de un dispositivo «pijo» e innovador en cuanto al diseño y la apariencia pero bastante mundano en cuanto a prestaciones y servicios y, sobre todo, muy, muy cerrado y limitado por su fabricante. En definitiva un chisme más orientado a «marcar paquete» (nunca mejor dicho, porque menudo bulto debe de hacer en el bolsillo delantero del pantalón) que destinado a ser de verdadera utilidad.