Voy a decir una barbaridad para muchos pero por regla general prefiero el cine al teatro. En el teatro me suelo sentir mucho más lejos de la obra y de los personajes de lo que, por regla general, me ocurre en el cine (con una buena pelÃcula, claro). Los elevados precios de algunas de las obras (muchas veces justificados solamente por que actua el último argentino de moda o por que se trate de representaciones muy limitadas) también hacen que me lo piense mucho más antes de ir al teatro.
El viernes pasado, no obstante, fui a una representación de esas que no cumplen ninguna de estas premisas: Odio a Hamlet. La obra se representa en La Guindalera, una sala pequeñita con aforo para apenas 50 personas tan cercanas a la actuación que casi te parece estar dentro del escenario. Los actores son maravillosamente buenos y la obra me resultó muy cercana y divertida. Para rematar, al final de la representación te invitan a tomar un licor de guindas junto con los actores.
Y por si fuera poco el precio es casi de cine. Las entradas valen 15,00� pero se pueden conseguir en Atrápalo por sólo 10,00�. Animaos que seguro que os gustará.