Cómo os contaba hace unas semanas hemos estado de camping en Pirineos. Concretamente en la franja entre Panticosa (Huesca) y Roncesvalles/Orreaga (Navarra). En el mapa de aquí abajo está la ubicación y datos de los campings donde hemos pernoctado (marcados con tiendecillas verdes) más otros dos (en amarillo) que teníamos en mente pero en los que no hemos dormido (aunque si los hemos visitado pensando en otras ocasiones) por estar cerrado por obras (en el caso de Canfranc) o porque teníamos otra alternativa (el de Osate en Otsagabia/Ochagavía).
Para quien no haya salido de camping y tenga sus reparos le diré que es una de las formas más flexibles de viajar que existe, sobre todo por ciertas zonas. No tienes que preocuparte (salvo contadísimas excepciones) de reservas ni necesitas estar semanas, quincenas o fines de semana completos en ningún sitio: llegas cuando te apetece y te largas cuando te da la gana. Las tiendas de hoy en día son comodísimas (con porches, dormitorios separados, etc.) y las instalaciones de los campings de primera y segunda categoría de nuestro país son fabulosas: piscinas (algunas cubiertas, otras naturales aprovechando una poza en el río), campos de tenis, minigolfs, parques infantiles, etc. Dos de los campings por los que hemos pasado, de hecho, contaban hasta con zona wi-fi.
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El camping de Jaca es el único que no nos ha dejado del todo satisfechos, más que nada porque no es lo que andábamos buscando. En realidad queríamos quedarnos en el de Canfranc, mucho menos urbano, pero lo encontramos cerrado por obras y no queríamos dejar de pasar al menos un par de días por esa zona, así que no hubo más remedio.
Durante estos días hemos alternado alguna que otra caminata medianita (de más de seis horas), con muchos paseos más asequibles y visitas turísticas y culturales. Hemos estado, por ejemplo, en la selva de Irati (uno de los parajes naturales más espectaculares que conozco), el valle de Aguas Tuertas, Saint Jean Pied de Port y Biarritz en la vecina Francia, el monasterio de San Juan de la Peña , en muchísimos pueblos encantadores (como por ejemplo Echo/Hecho del que volvemos profundamente enamorados) y un largo etcetera.
Sirva esto para abrir boca. Las fotos en unos días.