El Consejo superior de Investigaciones Científicas anunció ayer noche que un equipo compuesto por once jóvenes investigadores españoles de edades comprendidas entre 22 y 32 años, ha descubierto una vacuna efectiva contra una terrible y hasta ahora incurable enfermedad que provoca miles de muertos al año en todo el mundo y que se ha convertido en una de las principales pandemias de las últimas décadas. Estos once jóvenes han dedicado más de cinco años de su vida casi en exclusiva a esta importante investigación gracias a la cual hoy todos podemos sentirnos un poco más orgullosos de ser españoles. Tras hacerse pública la noticia miles de ciudadanos de nuestro país se lanzaron a la calle a demostrar su alegría y su satisfacción por el trabajo de estos jóvenes investigadores hasta causar importantes colapsos en algunas de las principales arterias de nuestras ciudades. Luego y de forma espontanea e improvisada las multitudes esperaron la primera aparición pública de los jóvenes científicos a las puertas del Hospital Ramón y Cajal donde los agasajaron como si se tratase de auténticos héroes.
No se hagan ilusiones: una noticia como esta jamás tendría una repercusión como la vivida anoche (y la que nos queda hasta que se olvide…) y la mitad de los españoles apenas llegaría a enterarse de ello. Pocos llegarían a sentirse realmente orgullosos del logro y, desde luego, nadie se tiraría a