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Windows 8, el ocaso de los dioses.

Mucho se ha hablado por ahí del desastre en las ventas iniciales de windows 8. A día de hoy (tres meses después de su puesta a la venta general), Netmarketshare le da una cuota de 1,72% durante el mes de enero y Statcounter global tiene registrado que el 2,45% de visitas de este mes provienen de máquinas con este sistema. En este blog apenas han llegado al 0,6%.

Yo llevo unas semanas trasteando con él en una máquina virtual e, independientemente de que me parece un sistema poco afortunado en su rediseño y enfoque, no creo que esta mala acogida en los mercados se deba sólo a esto, sino al cambio de paradigma en el que estamos inmersos. La venta de PC’s y portátiles ha descendido y en el mundo de las tablets y dispositivos móviles Microsoft está aún dando sus primeros pasos. Estoy lejos de pensar, como muchos aseguran, que la era del PC haya acabado. No me imagino que, aún durante bastantes años, la gran mayoría de empresas y trabajadores decidan prescindir de sus PC’s de escritorio o portátiles para sustituirlos por un dispositivo táctil. Por mucho que nos quieran vender la burra no es algo productivo. Todo el mundo que entiende algo de este mercado sabe que, salvo contadas excepciones, es mucho más productivo el trabajador que usa los accesos rápidos de teclado y apenas toca el ratón. No me imagino ya el «despiporre» de pérdida de tiempo si encima tienes la posibilidad de estar toqueteando la pantalla cada dos por tres. Y no, os pongáis como os pongáis, el teclado de una tablet no es ni la mitad de cómodo que el de un equipo «como Dios manda». En cualquier caso, muchas de las ventas del usuario que quería un equipo para ocio doméstico se han derivado a este nuevo mercado y se han perdido definitivamente.

Ha habido, creo, otra razón que ha propiciado estas malas ventas y ha sido la mala acogida por parte de los fabricantes. Si te has paseado durante las navidades por algún centro comercial te habrás dado cuenta de que la gran mayoría de equipos se distribuían aún con windows 7. Esto cambiará mas pronto que tarde y cuando los fabricantes agoten sus stocks actuales y el gigante de Redmon corte el grifo y decida suspender la distribución de licencias de Windows 7 las ventas subirán un poco. Sin embargo en la implantación en empresas, el otro gran caladero de Microsoft, lo veo bastante más difícil. Sinceramente: no es un sistema que se me antoje productivo. Lo veo más orientado al ocio y al escritorio de un equipo doméstico que a uno profesional y eso no creo que se le escape a nadie con dos dedos de frente. Y si aún hay muchas empresas que siguen trabajando con XP por no cambiar a Windows 7, me da a mi que el salto a esta nueva versión va a estar bastante difícil…

Pasando a mi experiencia personal con windows 8, como ya he dicho me resulta incómodo para las tareas habituales y poco intuitivo hasta para las funciones más nimias. Me considero un usuario experimentado (llevo trabajando con PC’s desde que existen y conozco windows desde su versión 1.0, cosa que no muchos pueden decir 😉 ) y, por poner un ejemplo, me costó trabajo hasta encontrar la forma de apagar el equipo (¡De hecho, aún no se si existe alguna forma de hacerlo sin antes cerrar la sesión de usuario!). El escritorio ha perdido su botón de inicio que ha sido sustituido por un mosaico de botones y que, inevitablemente (creo, o al menos tampoco he visto como hacerlo) será lo primero que veas tras cada arranque. Uno de los botones de este panel te da acceso al escritorio convencional. Existe un panel de configuración escondido en la parte derecha de la pantalla y otro que parece realizar las funciones de administrador de pantallas a la izquierda.

No me meto con la solidez del sistema. Eso es algo que no se puede evaluar en el tiempo que le he dedicado. Pero en cuanto a diseño, el principal error, a mi juicio, ha sido tratar de unificar en un único producto muy poco personalizable un sistema operativo que sirva para PC’s y portátiles convencionales y dispositivos móviles y/o táctiles. No lo entiendo, además, viniendo de un fabricante que en su producto anterior disponía de siete versiones diferentes de windows algunas de las cuales eran difícilmente diferenciables entre si. El resultado ha sido un producto que no creo que deje muy contentos a los usuarios de PC’s de sobremesa y portátiles, su principal mercado, y que resulta más enfocado a un sector, el de los tablets y dispositivos móviles, donde lo tendrá muy crudo para competir. Y, aún en este sector de los móviles, lo veo muy limitado a los dispositivos de gama media alta con pantallas relativamente grandes. En un móvil con 4″ de pantalla o menos debe de verse realmente espantoso…

Insinuar siquiera que una empresa como Microsoft va a desaparecer del mapa es algo aventurado. Ya ha metido la pata otras veces (Windows Me, Vista…) y ha sabido reaccionar en su siguiente versión. Pero dejando de lado el sector en el que se desenvuelve bien y con una apuesta tan débil como esta para el mercado de los móviles lo tendrá bastante, bastante difícil para levantar cabeza.

ACTUALIZACI?N: Un año después, Microsoft recula definitivamente y reconoce (a su manera, eso si) los errores de diseño y concepción de su nuevo escritorio.
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