Y como tengo buen corazón lo primero que se me ha venido a la cabeza esta mañana es lo mal que lo estará pasando doña Esperanza en esa mansión tan grande, con esos techos tan altos, sin paga extraordinaria y con poco más de 8.000 euros al mes… No he podido evitarlo y como aún lo tenía pendiente he corrido a hacer mi donativo. ¡A ver si entre todos la calentamos un poquito!