Año 2054. Los surrogates (sucedaneos, literalmente) son una suerte de super-prótesis concebidas originalmente para los disminuidos físicos pero que rápidamente son asumidas para otras muchas labores, incluido el ocio. Porque ¿para qué salir de casa arrastrando nuestras imperfecciones y debilidades si podemos quedarnos en la cama controlando mentalmente a un sucedaneo de nosotros mismos pero diseñado casi a nuestro antojo? Se acabaron las muertes y enfermedades en las profesiones de riesgo, y en los accidentes de trabajo. Los asesinatos en la vía pública pasan a convertirse en simples delitos contra la propiedad privada. Las cifras de muertos en accidentes de tráfico son ahora de meros daños materiales. Adios a los complejos, a los problemas de identidad de género, al racismo e, incluso, a las enfermedades de transmisión sexual y a los embarazos no deseados…
¿Se trata de un mundo mejor o nos hemos dejado algo en el camino? Eso es lo que exploran Robert Venditti y Brett Weldele en este espléndido comic que, a través de una investigación policiaca, nos lleva a un mundo que está un paso más allá de Second Life: la posibilidad de una vida virtual tan real que apenas se le pueden poner objecciones. ¿O si?
Los autores la han rodeado de material de ambientación que la hace más creible (recortes de prensa, dossieres, publicidad de los nuevos modelos de surrogates) y la edición en español por parte de Glénat reune en un único volumen los cinco capítulos que componen la historia además de un interesante «make off» de su realización. En definitiva, una pequeña joya y la historia más original y atrevida que he leído en un comic de ci-fi desde hace mucho, mucho tiempo.