Me compré mi actual (y única) cámara digital (una Fujifilm FinePix 2600 ya descatalogada) allá por el año 2002 y la verdad es que ahora no podría volver a la fotografía analógica. La libertad con la que se hacen las fotos sabiendo que luego no tendrás que pagar por revelarlas nos permite a los aficionados experimentar como si fuésemos bragados profesionales. Saber que cuando vuelvas a casa no te encontraras con que sales con los ojos cerrados y la boca torcida en esa foto que te hicistes frente a la Esfinge de Giza y que posiblemente jamás tendrás la oportunidad de repetir también es un lujo.
La cámara sigue funcionando perfectamente y yo no soy de los que suelen cambiar algo simplemente porque ya existen cosas mejores. El mejor reciclaje es el que consiste en no tirar lo que aún es útil, pienso. Lamentablemente hace unos meses la tapa del compartimento donde se alojan las pilas y la tarjeta de memoria de la cámara se quebró y usarla sujetándo dicha tapa con cinta adhesiva (que es lo que vengo haciendo desde entonces) se ha convertido en un verdadero incordio, así que creo que ya si es hora de reemplazarla.
A la hora de elegir el modelo lo primero que he hecho es una lista de las características que me gustaría mejorar de mi actual cámara y las cosas que me traen sin cuidado. Son las siguientes:
- No padezco de «la fiebre de los megapíxeles» y la resolución me es bantante indiferente. Mi cámara actual es de 2,1 y me da la calidad suficiente para el uso que voy a darle. Creo que ya no las hacen siquiera por debajo de 3 megapixeles así que…
- Sensibilidad en las fotos con poca luz. Esto si me gustaría mejorarlo. La actúal tiene una sensibilidad equivalente a 100 ASA y hacer fotos nocturnas tiene bastantes limitaciones.
- Zoom
digital óptico. Otra cosa que me gustaría mejorar. Me gusta, como a casi todos imagino, hacer fotos sin entrometerme demasiado en lo que quiero fotografiar.
- Velocidad de disparo. Mi actual cámara es muy lenta tanto en el encendido como en el tiempo que pasa entre que hace una foto y está dispuesta para tomar la siguiente rondando los cuatro o cinco segundos aún sin necesidad de cargar de nuevo el flash.
- Debe de ser barata. No sólo por el bien de mi maltrecha economía (que también) sino porque no me gusta tener que preocuparme en demasía del material que llevo cuando, por ejemplo, me voy unos días a Pirineos a ‘hacer tresmiles’.
Partiendo de estas premisas y siendo fiel a Fujifilm mi elección por el momento es la S5600. Hay tres buenos análisis aquí, aquí y aquí. Y no me digais que no tiene un aspecto realmente imponente:
Tiene «aires de reflex», muchos controles manuales, una buena sensibilidad (equivalente a 1600 ASA), un zoom digital óptico de 10 aumentos, distintos modos de disparo en ráfagas con velocidades bastante aceptables (uno de ellos en concreto hace hasta tres fotogramas a una velocidad de dos por segundo)… y cuesta poco más de 200 ?. Un chollo y más contando que la anterior me costó algo más de 350 ?.
He visto algunas similares en otras marcas, en concreto la futurista Coolpix S4 de Nikon y algunos modelos de la gama high zoom easyshare de Kodak pero creo que me tira demasiado la buena experiencia que he tenido con Fuji… ¿algún experto o experta que me aconseje entre la audiencia?
DISCLAIMER: Creo que no hace falta decir que no conozco a nadie en Fuji, que no me la van a regalar ni a hacer ningún descuento por hablar de ella y ni siquiera voy a decir el lugar dónde la he encontrado más barata poque a estas alturas creo que todo el mundo sabe usar Google. 😉
ACTUALIZACI?N: ¡Ya la he visto por debajo de los 200?!
Fruto del programa 
Tengo últimamente desatada la vena consumista (¡a la felicidad por la electrónica!) y una de las cosas que tengo pendiente es un receptor de TDT. La oferta inicial de canales no ha sido algo para lanzar cohetes así que no me he lanzado de cabeza al primer receptor que he visto sino que he preferido que madure el mercado. Pero claro, ahora con el nuevo 
Directamente traída de territorios astures aquí teneis una receta más de estas en las que lo fundamental es contar con unos buenos ingredientes y cocinarla con cariño. El resto se hace sólo. Eso si, sin olvidar que para disfrutarla plenamente es casi imprescindible contar con el tiempo necesario para una buena siesta posterior.
Las fabes se echan en remojo en abundante agua bien fría unas diez o doce horas antes de cocinarlas. Luego se escurren y se echan a la olla donde vamos a cocinarlas junto con el compango (como se llama tradicionalmente a los cárnicos de este guiso), la cebolla cortada en un par de trozos, el ajo bien picado, el perejil, y un buen chorro de aceite. Se cubre todo de agua y cuando rompe a hervir se baja el fuego al mínimo. A media cocción (una hora u hora y media) se sazona y se añade el azafrán. El tiempo total rondará las tres horas pero es dificil de precisar con exactitud. Hay que probar de vez en cuando las fabes y cuando estén a nuestro gusto y se deshagan en la boca es el momento de retirarlas del fuego. Como casi todos los guisos está mucho mejor bien reposado antes de servirlo o incluso de un día para otro.
Ayer recibí un mail desde el pasado. ¿Os acordais del 
Reconozco que la claridad con la que Rodriguez Ibarra expresa lo que piensa me ha llevado alguna vez a plantearme «de que va» este señor. En otras, como esta, agradezco profundamente que alguien exprese con palabras y en un medio público algo que estaba deseando oir: Pedro J. Ramírez debe de tirar de la manta o dimitir pero no puede continuar con esta carroñera campaña de conspiraciones infundadas para vender su panfleto. Si tiene pruebas de la implicación del PSOE en la trama del 11-M debe de presentarlas en los juzgados pertinentes, pero basta ya de hacer de invitado del Salsa Rosa amenazando con unas pruebas que nunca presenta.
No han sido tan exóticas como